domingo, 5 de enero de 2014

Con logros efímeros, el camino no es más que un trayecto cimentado en derrotas, que rara vez sirven como impulso para avanzar. Y el paso se vuelve errático, en busca de una meta, la única; la que ni siquiera reconocemos, pero que es inexorable. Nos empecinamos, pues, en rehusar que es la muerte y dotamos de fulgor a los pequeños hitos que jalonan el trayecto al ocaso. Su brillo lo eclipsa todo, incluso nuestros pasos, que desnudamos de sensaciones hasta desvanecerlos. Nada queda de esas huellas, ni siquiera polvo en los zapatos; o eso queremos creer cuando nos negamos a mirar atrás, temerosos de que el retroceso nos muestre el absurdo de un caminar hacia lo desconocido, guiados únicamente por una luz que nos abotarga hasta ahogar los pequeños placeres. Y superamos un propósito, para, sobre sus rescoldos, intentar continuar el camino en pos de otro nuevo, que tampoco nos llenará. Y aunque nos ardan los pies, seguiremos hacia oasis nuevos, pues, cegados por el ansia, no veremos que, como los precedentes, se empequeñecerán al ocuparlos o que, simplemente, son espejismos derivados de nuestra sed.
Pero tal vez haya quien, tras haber visto pasar su trayecto a cámara rápida, descubra que lo desperdició buscando, y lamente haber convertido en simple anécdota la aventura épica que, sin darse ni cuenta, le estaba abrazando. Y tal vez entonces halle la meta, la única, con su ocaso infinito y su luz indescriptible, a punto de apagarse.

2 comentarios:

Yyrkoon dijo...

:_(

Me gusta el cambio temático, casi parece una prolongación/contestación a mi último post. Ese tono derrotista es grandiosa y graciosamente victorioso.

Además, creí que el post anterior era un "he vuelto" de postal (como el mío), me alegra que vuelvas, al menos, un poco más de lo que esperaba.

Markesa Merteuil dijo...

Me da a mí que el siguiente será en otro sitio, en Prohibido Callar. La semana pasada me obliga a hacerlo, pero todavía no sé ni cómo abordarlo.
PD: continúa, que ya sabes que leerte es un placer. ;)